Published On:domingo, 23 de diciembre de 2012
Posted by marisa
CASO ROSSO - General Cabrera
Aceptaron la apelación del fallo que liberó a tres presos
por el caso Rosso
La mujer había muerto durante un asalto ocurrido en octubre
de 2008 en la ciudad de General Cabrera
El Tribunal Superior de Justicia habría aceptado la
apelación presentada por un abogado de la ciudad de Río Tercero al fallo
dictado por la Cámara Segunda del Crimen de la ciudad de Río Cuarto que dejó en
libertad a los tres acusados por el homicido de Dominga Rosso, en un violento asalto perpetrado hace cuatro
años.
Si bien no hay mayores detalles, la medida dispuesta por el
máximo órgano judicial de la provincia obliga a avanzar nuevamente en el
proceso para juzgar a los sospechosos del hecho.
La sentencia con jurados populares liberó el 16 de junio de
2010 a los tres imputados: Matías Verón, Maximiliano Bertolotti y Gustavo
Bertolotti, luego de un juicio mediatizado y sin demasiadas pruebas que
incriminaran a los jóvenes ante la vista del jurado popular.
El hecho se produjo el 26 de octubre de 2008, y conmocionó a
los cabrerenses.
El dueño de casa fue torturado y su esposa murió asfixiada
luego que le colocaran una media en la boca
Dos de los tres integrantes de la Cámara Segunda del Crimen
de Río Cuarto y seis de los ochos jurados votaron a favor de la absolución de
los hermanos Gustavo Ernesto y Maximiliano Jacobo Bertolotti y Matías Emanuel Verón.
El fiscal Jorge Medina había pedido que los jóvenes fueran
condenados por “robo seguido de muerte” en perjuicio de Dominga Rosso, de 70
años, y su esposo Anselmo Carrera, de 77.
A raíz del ataque, la mujer murió por asfixia y su esposo
resultó gravemente herido.
Al pronunciar su alegato, Medina había solicitado 25 años de
prisión para Verón y 26 para los Bertolotti.
Sin embargo, uno de los vocales del tribunal, Carlos
González Castellanos, argumentó que “a la investigación policial le faltó
transparencia”.
El juez había expresado que en el proceso “surgieron varias
dudas sobre cómo se llevó a cabo la investigación” y agregó: “Sólo teníamos
indicios y no eran unívocos”.
González Castellanos dijo que “hubo quienes dijeron una cosa
en la instrucción y otros cambiaron su declaración, tras afirmar que fueron
golpeados por la Policía”.
Tanto el abogado defensor de los hermanos Bertolotti,
Mariano Torres, como el de Verón, Rolby Valdivieso, habían pedido la absolución
de sus respectivos clientes, indicando que no había pruebas concretas que
demostraran que ellos habían cometido el crimen.
Asimismo, indicaron que las dos pruebas técnicas que se
habían realizado en la escena del crimen, ADN y el de las huellas digitales, no
coincidían con las de los imputados.
Por su parte, la abogada de la familia Carrera, Soledad
Nieto, sostuvo que “estas son las cosas que suceden cuando hay juicios por
jurados”, y adelantó que cuando el 30 de junio se conozcan los fundamentos, los
analizará y apelará el fallo.
En ese sentido, explicó que en estos casos “juegan elementos
humanos y pueden ser influenciables por algunos de los magistrados y por los
fundamentos que les pueden haber vertido”.
Nieto admitió que “fue un juicio complicado, porque las
pruebas eran testimoniales y testigos se desdijeron, fueron amenazados, hubo
temor y se trabajó bajo presión”.
Por su parte, el fiscal Medina admitió que “no había pruebas
directas”, aunque consideró que la suma de indicios testimoniales determinaron
quienes fueron los implicados.
“Había elementos graves, precisos, que llevaban a sostener
la acusación. El tribunal debió haber realizado otra evaluación”, subrayó el
acusador público, quien adelantó que va “a evaluar los argumentos para
determinar si apelamos”.
Los acusados apuntaron al “armado de la causa” por parte del
ex comisario César
Seismandi y pidieron por Justicia para la familia Carrera.
“Soy inocente, se hizo justicia”, dijo Maximiliano
Bertolotti, alias “Chamí”, tras el fallo y ratificó que el comisario Seismandi
“armó la causa”.
Por su parte, Gustavo Bertolotti, apodado “Nene”, pidió
“justicia para la familia” de la
anciana asesinada.
Robo y torturas
El hecho ventilado en el debate ocurrió alrededor de las
23.30 del domingo 26 de octubre de 2008, en la casa del matrimonio
Carrera-Rosso, sita en Bolívar 822, casi esquina San Martín de General Cabrera,
donde tres delincuentes irrumpieron con fines de robo.
Los asaltantes, que estaban encapuchados y portaban armas de
fuego, ingresaron por una puerta que comunica al patio de la morada y que da un
terreno baldío.
Tras reducir a los ancianos, los ataron de pies y manos.
Mientras Anselmo fue arrastrado hasta el baño, donde lo ataron al bidet, su
esposa fue colocada sobre una cama y, para evitar que gritara, le colocaron una
media en la boca.
Como no lograban encontrar el dinero que presuntamente tenía
el matrimonio para pagar trabajos de albañilería realizados días antes, los
delincuentes torturaron al anciano a golpes y echándole agua hirviendo sobre el
cuerpo, al tiempo que la mujer sufría un paro cardiorrespiratorio provocado por
asfixia.
Los malvivientes se llevaron alrededor de ocho mil pesos en
efectivo y algunas joyas y dejaron maniatados a Carrera y su esposa, quienes
fueron hallados recién al día siguiente por uno de los hijos del matrimonio.
Para entonces la mujer ya estaba muerta y su esposo con heridas graves.