Published On:domingo, 19 de septiembre de 2010
Posted by marisa
Susana Giménez le cumplió el sueño de la casa propia a una familia de Charras
Deolinda Fernández de Moyano participó con un mensaje de texto en el programa de la diva. El domingo anterior recibió la tan esperada llamada. “Aún no lo puedo creer” dice la mujer que espera por su vivienda
Desde hace décadas Deolina Carla Fernández y su marido Raúl Moyano sueñan con tener una vivienda propia y darle a sus hijos un espacio propio donde vivir, y cuando todo parecía imposible un toque de suerte surgido de un programa de televisión lo hizo posible, y en poco tiempo más esta pareja y sus tres hijos finalmente tendrán un hogar.Fue hace una semana cuando esta vecina de Charras recibió ese llamado inesperado, el de la diva de Telefé, Susana Giménez, que a la medianoche le anunciaba que era la feliz ganadora de una de las casas que en este programa se sortean cada domingo.Incredulidad, emoción, sorpresa, todos sentimientos embargaron a esta mujer que aún hoy no sale de su asombro y asegura que le parece estar viviendo un sueño.“Ese domingo yo participé en el juego del millón llamando, y antes venía mandando mensajes para la casa, pero ya me había desanimado. Pero mi marido me dice que mande uno más si total no perdía nada, y lo hice”. Seguidora y fanática de la diva de los teléfonos, Deolinda decidió jugarse esta última alternativa para poder tener una casa propia.Recuerda cada instante de ese domingo cuando sonó el teléfono: “Eran más de las doce de la noche, y sacaron dos números, el primero era de otro lugar del país, pero nadie contestó; y el mío estaba de suplente. En realidad no decía Charras, sino Río Cuarto, pero nosotros estábamos todos con el teléfono. Sonó y ¡era Susana!, fue una alegría enorme”, señala la mujer.Y comenzaron los gritos, las emociones, vecinos que a pesar de la hora se acercaban a saludar y la noticia tan esperada: pronto tendrá una casa. “Hablé un ratito con Susana y a los cinco minutos me llamó la escribana para pedirme datos. Ahora tengo que mandar unos documentos y después creo ir a Buenos Aires para terminar el trámite”.Deolinda junto a su marido y sus hijos, Diego (15), Leonardo (9) e Iván (3), vive en la casa de sus padres, y tiene ya un terreno donde hace tiempo había marcado para levantar su casa, pero nunca el dinero alcanzó. “Mis hijos sabían que yo participaba, y uno de ellos que se acostaba porque a la mañana van al colegio, siempre me decía si te llama Susana despertame”, agrega la mujer.Cuando ya transcurrió una semana de aquella llamada que le cumplió el sueño a toda una familia trabajadora, Deolinda está enviando la información solicitada desde Buenos Aires y, confiando que en poco tiempo llegarán a construirle su casa.Una realidadLos ingresos que posee esta familia hacían que la ilusión de construirse una casa se alejara día a día. Raúl, el marido, es camionero, y Deolinda trabaja en la siniestrada planta de maní Olega, pero no cuenta con un sueldo fijo ya que desde el año pasado los turnos de labor se van rotando. “Hay meses que trabajo y otros no, así que se hace muy difícil mantenerse. Más teniendo tres chicos”, señala la mujer.Aún hoy sigue recibiendo llamadas de parientes, amigos y vecinos que van sabiendo de su premio: “Todos están muy contentos. Yo todavía no caigo. Le pedía a la gente de Susana que me dijera como son las casas y me dieron una dirección de internet. Las vi, son una maravilla.Esta es la primera vez que los Moyano ganan un premio, y muy grande. Pero queda otro paso, que finalmente el sueño se convierta en la realidad palpable de la casa.
Fuente:Puntal
Desde hace décadas Deolina Carla Fernández y su marido Raúl Moyano sueñan con tener una vivienda propia y darle a sus hijos un espacio propio donde vivir, y cuando todo parecía imposible un toque de suerte surgido de un programa de televisión lo hizo posible, y en poco tiempo más esta pareja y sus tres hijos finalmente tendrán un hogar.Fue hace una semana cuando esta vecina de Charras recibió ese llamado inesperado, el de la diva de Telefé, Susana Giménez, que a la medianoche le anunciaba que era la feliz ganadora de una de las casas que en este programa se sortean cada domingo.Incredulidad, emoción, sorpresa, todos sentimientos embargaron a esta mujer que aún hoy no sale de su asombro y asegura que le parece estar viviendo un sueño.“Ese domingo yo participé en el juego del millón llamando, y antes venía mandando mensajes para la casa, pero ya me había desanimado. Pero mi marido me dice que mande uno más si total no perdía nada, y lo hice”. Seguidora y fanática de la diva de los teléfonos, Deolinda decidió jugarse esta última alternativa para poder tener una casa propia.Recuerda cada instante de ese domingo cuando sonó el teléfono: “Eran más de las doce de la noche, y sacaron dos números, el primero era de otro lugar del país, pero nadie contestó; y el mío estaba de suplente. En realidad no decía Charras, sino Río Cuarto, pero nosotros estábamos todos con el teléfono. Sonó y ¡era Susana!, fue una alegría enorme”, señala la mujer.Y comenzaron los gritos, las emociones, vecinos que a pesar de la hora se acercaban a saludar y la noticia tan esperada: pronto tendrá una casa. “Hablé un ratito con Susana y a los cinco minutos me llamó la escribana para pedirme datos. Ahora tengo que mandar unos documentos y después creo ir a Buenos Aires para terminar el trámite”.Deolinda junto a su marido y sus hijos, Diego (15), Leonardo (9) e Iván (3), vive en la casa de sus padres, y tiene ya un terreno donde hace tiempo había marcado para levantar su casa, pero nunca el dinero alcanzó. “Mis hijos sabían que yo participaba, y uno de ellos que se acostaba porque a la mañana van al colegio, siempre me decía si te llama Susana despertame”, agrega la mujer.Cuando ya transcurrió una semana de aquella llamada que le cumplió el sueño a toda una familia trabajadora, Deolinda está enviando la información solicitada desde Buenos Aires y, confiando que en poco tiempo llegarán a construirle su casa.Una realidadLos ingresos que posee esta familia hacían que la ilusión de construirse una casa se alejara día a día. Raúl, el marido, es camionero, y Deolinda trabaja en la siniestrada planta de maní Olega, pero no cuenta con un sueldo fijo ya que desde el año pasado los turnos de labor se van rotando. “Hay meses que trabajo y otros no, así que se hace muy difícil mantenerse. Más teniendo tres chicos”, señala la mujer.Aún hoy sigue recibiendo llamadas de parientes, amigos y vecinos que van sabiendo de su premio: “Todos están muy contentos. Yo todavía no caigo. Le pedía a la gente de Susana que me dijera como son las casas y me dieron una dirección de internet. Las vi, son una maravilla.Esta es la primera vez que los Moyano ganan un premio, y muy grande. Pero queda otro paso, que finalmente el sueño se convierta en la realidad palpable de la casa.
Fuente:Puntal