Published On:viernes, 2 de octubre de 2009
Posted by marisa
Taller “Aprendiendo a vivir”: corazones solidarios
Hace 18 años comenzó a gestarse este sueño. Se trata de un taller que elabora y comercializa pastas y pizzas a 11 localidades. Una fuente de trabajo y un motor de vida.
Esto ocurre en la ciudad de General Cabrera. Es el taller protegido "Aprendiendo a vivir" que contiene a 22 chicos que trabajan y aprenden un oficio. Este grupo comercializa 100 pre-pizzas y 100 paquetes de tallarines por mes bajo el nombre de la marca "caseritos". Lidia Ortiz, encargada de elaboración de pastas y Gabriela Castro, coordinadora del taller, son las que llevan a cabo este emprendimiento hace 18 años. "Empezamos con una mini huerta., vendíamos verdura a lo vecinos. Trabajaban 7, 8 chicos…ahora ya somos 22 o más", comenta Lidia.
Y agregó la importancia de este taller para ayudarlos a forjar un futuro. "El taller los ayuda a formarse, a poder ver más allá. Lo bueno es que recibimos ayuda municipal. Los chicos reciben subsidios por discapacidad de 150 pesos mensuales". Un sueño que no fue El sueño fue concretar la fábrica de pastas en el 2001. Pero con la crisis, esta ilusión quedó trunca. "En el 2001 el dinero estaba depositado en el banco, pero lo agarró el corralito. Estaba el 1 a 1. Perdimos mucha plata con la devaluación y solo nos alcanzó para una pequeña reforma. Eran 500 mil pesos". El taller va por más. Ahora luchan para conseguir un medio de transporte y un equipo de frío para vender las pastas a otras localidades.