Published On:martes, 20 de octubre de 2009
Posted by marisa
La escritora Susana Dillon en General Cabrera
En el día de hoy la escritora, cuentista y defensora de los derechos humanos Susana Dillon estuvo en nuestra ciudad respondiendo a la invitación del IPEM 291
Por la mañana mantuvo charlas con los alumnos del establecimiento y por la tarde abierto para todo público la presentación del libro "La Marquesa del Papa".
una biografía novelada que Susana Dillon escribió sobre la vida de Adelia María de Olmos y que acaba de presentar Ediciones B con circulación en todo el país. La autora cuenta el punto de partida de ese trabajo: “La historia de Adelia María fue como un ‘coup de foudre’, como dicen los franceses, un golpe de fiebre que se me presentó hace ocho años cuando me encontré con una revista muy exclusiva de la clase alta donde aparecían detalles narrados por una sobrina nieta, Adelia María Aráoz de Di Paola”. Esa “señora del gran mundo de Buenos Aires” fue desde entonces el objetivo de Susana: “Cuando pude contactarme con ella, después de muchas vueltas, me recibió muy amablemente, y me contó sus recuerdos de infancia, una narración que forma parte de una biografía que ella tenía escrita pero que la familia no le deja publicar”.Esos secretos de familia narrados a medias hicieron el resto: “Entendí que había mucho por rascar y que el comienzo era desentrañar los secretos de la muerte de Olmos, que no muere de una afección cardíaca y porque había trabajado mucho en el campo y tuvo una vida dura del caucho y del feriero y los troperos, donde hizo su primera fortuna”.
Así empieza una especie de “desesperación por contactarme con quienes habían sido sus colaboradores inmediatos. Me fui a la estancia, hablé primero con los salesianos, una congregación a la cual asistió mi viejo cuando era chico, y con esa credencial pude ver que había muchas cosas raras e inquietantes por descubrir”. Es que “la historia de esa familia recorre todo el país. Eran muy ricos, llegaron a tener 350.000 hectáreas, y sin embargo su lugar favorito era El Durazno porque lo sueñan y lo diseñan en los años que estuvieron de novios, en París, donde se casaron. Por eso cuando queda viuda se viene a El Durazno y empieza a construir aquello que habían soñado”. Sobre una vieja estancia gaucha hace algo “a imagen y semejanza de un castillo del Loire, copiado de las residencias palaciegas que tenían los nobles franceses, a tono con la manía de los argentinos ricos de pasar los inviernos nuestros en París, que era para ellos lo que hoy es Miami”.Pero hay más que anécdotas: “Esa vida tiene correlato con la historia y la política del país, con una época en la que la miseria de los chacareros se enfrentaba con la riqueza de esos grandes estancieros, que los trataban como súbditos y que se habían enriquecido por la conquista del desierto”. Esa historia mayor se entresaca, según Susana, de la vida personal de Adelia María, que surge del relato de “un mucamo de Adelia María que la atendió durante más de 20 años y la ayudó a morir, un cordobés de Traslasierra al que llamaban ‘El Cacique’, porque era medio indio, y con el que me crucé, cuando tenía 93 años”. Él le contó que Adelia María, “en su mansión de la avenida Alvear, que después regaló a la curia, tenía una radio y era aficionada a escuchar a Eva Perón cuando era todavía actriz, cuando todavía era 'la señorita radio' y se mandaba aquellos radionovelones lacrimosos con las historias de las grandes reinas europeas de la antigüedad”.Y también que esa mujer reconocida por su vínculo con la Iglesia creía en cosas extrañas, por ejemplo a los santos los ponía en penitencia cuando no le hacían caso y después venía Adelita, la sobrina nieta y dice que se los ponía más cómodos, lo que hace pensar que tenía mucho de superstición y no tanto de formación cristiana profunda.
Copyright © 2007 Editorial Fundamento S.A. - Todos los derechos
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